La relevancia de tener una política exterior feminista en México

La relevancia de tener una política exterior feminista en México

“Me siento ciudadana antes que mujer”

-Clara Campoamor

 

Cuando hablamos de política, la primera imagen que se nos viene a la mente es tal vez una con varios hombres de edad avanzada, con elegantes trajes discutiendo en una elegante sala. Pero, ¿ese es el tipo de imagen que debemos imaginar al hablar de política?, ¿no deberíamos imaginarnos a cualquier persona, en cualquier lugar hablando de política? Es decir, imaginar a un hombre o mujer discutiendo el camino político que está tomando su nación. La política debería ser un tema en el que todos los ciudadanos estén inmersos, en el que todos participen y sean escuchados por igual.

Durante años, el mundo ha sido gobernado, organizado e influenciado por hombres. Por ende, la política también ha estado al mando de ellos. A pesar de que las mujeres representan poco más de la mitad de la población mundial, el poder, control y transformación del mundo y de los países, se encuentra en manos del género masculino. Para algunos, el mundo está bien organizado, pero lo cierto es que en este mundo habitamos dos géneros, masculino y femenino por lo tanto, dos voces deberán opinar cuando se tome una decisión que afecta a toda una sociedad.

Asimismo, la lucha por la igualdad de género ha sido un tema recurrente a lo largo de los años. En lo referente a la política y las relaciones internacionales, este tema también ha sido debatido en múltiples ocasiones e incluso han surgido organismos encargados de promover este ideal. Sin embargo, muy poco se ha logrado. En la actualidad aún hay una gran diferencia entre el número de hombres y mujeres involucrados en la política, y esa diferencia aumenta aún más cuando se trata de política exterior. Seguimos viendo a hombres siendo ministros, secretarios y presidentes. Pero, lo justo sería ver el mismo número de mujeres y hombres ocupando estos puestos, pues todos somos seres humanos que tenemos las mismas capacidades y los mismos derechos. Por ende, todos debemos formar parte de la política de nuestros países, todos debemos ser parte del proceso de toma de decisiones, decisiones que además, nos incumben a todos.

Son cada vez más países los que se han unido al movimiento feminista implementado acciones que ponen en equilibrio la balanza de la igualdad de género. Por ejemplo, al implementar una política exterior feminista en la que las mujeres y hombres juegan el mismo papel en las decisiones del rumbo del país, pues han entendido que el movimiento feminista no solo significa dar privilegios o poder a un género, sino que todos somos iguales.

La política es una ciencia que nos atañe a todos, pues tanto mujeres como hombres contribuyen a su desarrollo o fracaso, y entonces ¿Por qué los países no incluyen al género femenino en la toma de decisiones políticas tanto internas como externas de sus naciones? Pues bien, el siguiente ensayo busca dar una respuesta a cuál es la importancia de tener una política exterior feminista en México.

El feminismo puede ser visto y analizado desde dos puntos: uno como un movimiento social y otro como una propuesta teórica.  Ambas se complementan y tienen en común la crítica de los valores y las dinámicas sobre las cuales se estructuraron los Estados y las sociedades mundiales, es decir por un modelo patriarcal. Estas ideas se remontan al siglo XVIII, cuando se originaron las primeras opiniones respecto a la integración social de la mujer, y trayendo como consecuencia del debate sobre términos como igualdad, libertad y derechos.

Imaginar que una mujer pudiera ocupar un cargo político o que pudiera elegir a sus representantes políticos, era considerado como imposible, como una broma, pues era inimaginable visualizar a una mujer realizando las mismas actividades que un hombre, la mujer era vista como un ser que no tenía aspiraciones y que únicamente tenía obligaciones. Pero en 1953 las mujeres mexicanas lograron ser reconocidas como seres que tenían los mismos derechos ciudadanos que un hombre, pues ellas también eran capaces de pensar, analizar y decidir, pues en un país no solo habitan hombres, sino que también mujeres y ellas también se preocupaban por su desarrollo surgiendo así, la declaración que garantizaba el derecho al voto femenino.

Años más tarde, en octubre de 2014, Suecia logró consagrase como el primer país del mundo en asumir públicamente una política exterior feminista, implementando una estrategia que incidiría en las acciones tanto internas como externas, nombrando así, un gabinete con una tendencia a la paridad de género. Posteriormente, otros países se sumaron a esta iniciativa y seis años más tarde, en 2020 México adoptaría una política exterior feminista.

Para comenzar, es necesario saber qué significa la política exterior feminista y para ello es conveniente analizar qué es la política exterior y qué es el feminismo. De acuerdo con Evans y Newnham (1999), el término de política exterior se define como el conjunto de estrategias ya sean acciones, reacciones, posturas e interacciones en general, que un Estado lleva a cabo para lograr sus objetivos y promover sus intereses en el escenario internacional. Además, ésta sirve de articulación entre la realidad interna de un país y el ambiente más allá́ de sus fronteras. Es decir, la política exterior son aquellas decisiones y acciones políticas que adopta un Estado en sus relaciones internacionales, con el objetivo de definir, promover, desarrollar y defender los valores y principios por lo que se regirá y representará un Estado a nivel internacional.

Por otro lado, de acuerdo con Varela (2008) el feminismo puede definirse como la idea de que las mujeres no solo deben tener los mismos derechos que los hombres en las esferas política, social, sexual, económica e intelectual, sino que también, se les debe reconocer como actoras de su propia vida con necesidades particulares a su sexo, haciendo énfasis a la situación opresiva que históricamente han sufrido y sufren las mujeres en relación con los hombres.

Entonces, se puede entender como política exterior feminista al conjunto de acciones, decisiones y principios que adoptará un Estado tomando en consideración el punto de vista femenino y dándoles así, el mismo valor a hombres y mujeres mediante un principio de igualdad el cual se promoverá y defenderá en el escenario internacional.

En ese sentido, la política exterior feminista implica una línea de acción externa guiada por el compromiso de la igualdad de géneros y que apunta a resolver los graves problemas derivados del patriarcado. Por tal motivo, la igualdad de género no es una cuestión de poder, sino una cuestión de hacer valer los derechos humanos de los que todos gozamos y de participar juntos, como sociedad, en la toma de decisiones. Tampoco se trata de ceder el poder a un solo género sino, juntos participar, decidir y vernos como seres con la misma capacidad y con los mismos derechos humanos.

Una buena razón para implementar una política exterior feminista es por los beneficios que traerá a la sociedad y a su desarrollo. De acuerdo con el gobierno sueco, la equidad de género se refiere a la equidad entre hombres y mujeres, es decir contar con las mismas oportunidades para diseñar sus propias vidas y las de la sociedad, tomando en consideración  aspectos como el poder, áreas de influencia, finanzas, educación, trabajo e integridad física de las personas. En ese sentido, tener una política exterior feminista significa que un país ha implementado acciones que cuentan con la participación de todos sus habitantes, acciones en las que todos son iguales, son respetados y se les da un trato equitativo.

Como bien puntualiza el gobierno de Suecia, un gobierno con una política exterior feminista debería llevar a cabo un análisis de género durante las primeras etapas de cualquier proceso de decisión y antes de que la palabra final sea tomada. Esto con el objetivo de asegurar que la perspectiva femenina esté siempre presente y no únicamente como un fin en sí́ mismo, sino como una herramienta que contribuya a la solución de problemas, pues la equidad de género debería ser considerada como un elemento vital que ayuda a establecer el crecimiento y desarrollo de la sociedad y, por consecuencia, del país. De modo que, la equidad de género no debería ser considerada simplemente como una cuestión de justicia social, sino como un elemento que se necesita para construir una nación y el mundo.

Ahora bien, en enero de 2020, México anunció la creación de la Política Exterior Feminista. De acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores, ésta política se fundamenta en un conjunto de principios que buscan impulsar acciones gubernamentales para reducir y eliminar las diferencias estructurales, las brechas y desigualdades de género, con la finalidad de construir una sociedad más justa y próspera. Con esta nueva política exterior feminista, México se convirtió en el quinto país a nivel mundial y el primero en América Latina y el Caribe en adoptarla seguido de Suecia, Canadá, Francia y Noruega. Poniendo además, como eje de acción internacional la equidad de género y promoviendo una agenda feminista progresista que garantiza los derechos humanos, la perspectiva de género y visibiliza el aporte de las mujeres a la política exterior y a las acciones globales.

Cabe resaltar que, la política exterior feminista busca garantizar que todos, y en especial las mujeres, serán escuchados y tratados equitativa e igualatoriamente y que sí sus ideas contribuyen al bien común, serán aplicadas. Significa también, contar con gente capacitada en el área, sin importar su género, y que cada idea o propuesta será analizada y considerara pues de eso trata el feminismo, del bien común, el bien de la sociedad, la sana convivencia entre hombres y mujeres, significa además, darle el mismo poder e importancia a todos, porque como sociedad, una acción buena o mala, nos afectan a todos y por consecuencia, todos debemos participar en éstas.

Entonces, que México cuente con una política exterior feminista habla de que el país comenzará a tomar decisiones con dos perspectivas diferentes pero con la misma importancia, significa que el país comenzará a trabajar en conjunto con todos sus ciudadanos, implementando y fomentando equidad de género en todos los aspectos, pues con una política exterior feminista se avanzará en términos de educación y se construirá un país donde nadie se sienta excluido y donde la vida de uno importe igual que la del otro. Una política exterior así, beneficia al país pues se trabaja en equipo, como una sola sociedad que tiene muchos problemas pero que cuenta con diversas mentes femeninas y masculinas que lo ayudarán a crecer, desarrollarse y avanzar al camino de una nación segura, equitativa y armoniosa. Asimismo, significa que el país ve a una sociedad conformada por seres que tienen diferentes perspectivas pero que eso no significa que serán tratados diferentes, sino que serán respetados por igual. En ese sentido, se entiende que México está consciente de los problemas tanto internos como externos y por ello busca que todo sea equitativo y equilibrado, garantizando  un bienestar para todos.

Sin embargo, adjudicar una política exterior feminista no sólo significa formar un gabinete con más mujeres, sino también promover y atender la problemática desde la raíz es decir, implementar acciones que motiven a las mujeres y niñas a formar parte en la toma de decisiones políticas dado que esto nos aqueja a todos. Por consiguiente, los países deberían formular una política exterior colocando a la igualdad de género como centro, debido a que es una cuestión no sólo de derechos humanos, sino también de democracia y justicia.

Por lo tanto, implementar una política exterior feminista supondría que el país está atendiendo a todos los ciudadanos por igual y que a las mujeres y niñas se les da las mismas oportunidades que a un hombre o niño, significaría también que el país motiva por igual, con equidad, a todos sus ciudadanos, como por ejemplo garantizar que el mismo número de niños sea el mismo número niñas que estudien. Es por eso, que contar con una política exterior feminista beneficia a un país, pues buscará que las mujeres sean tomadas en consideración y sean motivadas para que logren los mismos logros económicos, educativos, laborales, sociales y personales que un hombre. Porque cuando un país fomenta una educación de calidad y a la vanguardia, logra formar ciudadanos capaces de entender que todos somos iguales, con diferencias por supuesto, pero al final iguales. Asimismo, un país educado supone gente con mentalidad abierta que entiende que no se debe darle más poder, oportunidades o más cuidado a un género que a otro y que entienden que el feminismo significa defender y promover la igualdad y la equidad, pues todos formamos parte de este mundo y por consecuencia todos tenemos el mismo derecho de participar en la toma de decisiones de que cómo se regirá el país y el mundo. Además, contar con una política exterior feminista significa que el país ve más allá, con una mirada hacia el futuro y un ideal en donde busca garantizar la sana convivencia.

En este sentido, la igualdad de género es como lo planteó la Primera Ministra sueca Margot Wallström en 2016 en su llegada a la Cancillería: “la igualdad de género es parte de la solución a los problemas de la comunidad internacional y en cualquier sociedad moderna debe ser un medio para asegurar la justicia y el desarrollo económico de los países”.

Para concluir, la igualdad de género y el feminismo son temas que se han discutido desde hace décadas y aunque aún no se ha logrado la meta, las mujeres continúan luchando. Mientras esto ocurre, la sociedad debe contribuir a este movimiento, implementando ideales como contar con una política exterior feminista, fomentando también la educación y la paridad de género. Podemos decir entonces, que la política exterior feminista tiene como objetivo lograr un ambiente de sana convivencia en donde todos gocen de los mismos derechos humanos, porque en una sociedad cualquier suceso nos afecta a todos.

Como se ha expresado anteriormente, el feminismo busca beneficiar a toda la sociedad, busca que todos sean respetados, tratados y considerados por igual, ya que para el feminismo todos tienen la misma capacidad de pensar y el derecho de opinar en temas como la política.

Actualmente, el feminismo se ha convertido en un tema de incomodidad, pues cuando se escucha esa palabra la gente instantáneamente hace gestos de recelo. Y lo mismo sucede con la política. Sin duda, esto no debería ocurrir pues ambos son aspectos que todos deberíamos discutir y analizar ya que ambos tienen como ejes problemas que nos aquejan a todos. Por ejemplo, el feminismo no significa un mundo en donde solo la mujer importe, sino un mundo en donde hombres y mujeres convivan sanamente y sean respetados por igual. Por otro lado, la política, busca crear acciones que beneficien a la sociedad de un país y del mundo. En ese contexto, estos temas no deberían ser evitados al contrario, deberían ser fomentados.

Tener una política exterior feminista no sólo implica hacer lo que es moralmente correcto o verse sólo desde el punto de vista de los derechos humanos, sino ir más allá y garantizar una igualdad de género en donde todas las voces serán escuchadas y tomadas en consideración. Pues la igualdad y equidad de género, son temas fundamentales en el cumplimento de intereses internos de un país, tales como la seguridad y la cooperación. Pues en un país habitan diferentes géneros, esto significa que todos debemos respetarnos por igual y entender que todos somos capaces, que tenemos los mismos derechos y oportunidades y que para construir un país seguro y digno de habitar se necesita de la cooperación de toda la sociedad pues cada uno tiene una visión diferente.

Asimismo, implementar una política exterior feminista beneficiará al país al colocarlo en una mejor posición global, pues serán nuevas ideas, pensamientos y puntos de vista los que participen en la toma de decisiones, haciendo que el país evolucione y mejore, pues esos nuevos ideales atenderán las necesidades de todos por igual y se impulsará así, la creación de nuevas reglas de convivencia que nos orienten a ser un país con equidad de género.

Aunque México ha logrado significativos avances en materia de equidad de género, como la implementación de una política exterior feminista, al país le queda aún un largo camino por recorrer para ver cambios significativos y tangibles en la igualdad de género. Para finalizar, implementar el feminismo en la política exterior significa promover una agenda que busca la igualdad para todos y no el dominio de un género sobre el otro.

 

“Dale educación a tu hijo y tendrás una persona educada, dale educación a tu hija y tendrás una hija, una familia y una sociedad educada.”

 

Fuentes de consulta:

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